lunes, 30 de septiembre de 2013

El justo: confiado como un león

Huye el impío sin que nadie lo persiga; más e justo está confiado como un león.
Proverbios 28.1

          "El león, fuerte entre todos los animales, que no vuelve atrás por nada" (Proverbios 30.30). La fuerza del león no es sólo legendaria sino también real. Un león puede saltar por encima de empalizadas de cuatro metros de alto, saltar siete metros de un solo brinco, arrastrar el doble de su peso real, triturar huesos con su salvaje mandíbula y correr a la velocidad de unos 80 km. por hora.
          El macho es más grande que la hembra. En su flor de la edad, el rey de la selva puede llegar a pesar hasta quinientas libras. Sólo al varón le crece la melena, lo cual le ayuda a proteger el cuello y la cabeza en un combate. También es fácil ver a los leones en campo abierto, porque no tienen miedo.
          "El justo está confiado como un león". El pecado produce cobardes, pero Dios necesita personas que hablen la verdad con santo denuedo. En Hechos 5.40, los apóstoles fueron azotados por predicar la palabra; también se les ordenó que no hablasen con toda audacia, entraron al templo y en cada casa, sin cesar de predicar a Jesucristo (Hechos 5.42). Esteban murió por su franqueza. También Santiago murió por su valor al predicar acerca de Cristo. El apóstol Pedro fue encarcelado por predicar acerca del Señor como lo fueron también Pablo y Silas. Hoy Dios nos necesita a ti y a mí para que confiados como el león, declaremos la verdad, la santa palabra de Dios. "Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús (Hechos 4.13)

Con frecuencia, la prueba del valor no es el morir, sino el vivir.
-Vittori Alfieri   

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