sábado, 28 de septiembre de 2013

¡Súbete a la carretilla!

Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Proverbios 3.5

          Supongamos que tengas un amigo que pueda caminar en una cuerda de equilibrista. Desde pequeño, él se ha entrenado en este arte tan delicado, y ahora es un experto. Él ha hecho grandes hazañas, las cuales atraen a grandes multitudes. Ya tú has visto con cuánta facilidad él puede andar sobre las cuerdas. 
          Pero, un día, tú te hallas al lado de tu amigo, mientras él se prepara para empujar una carretilla por la soga, a gran altura sobre las violentas cataratas del Niágara. Tú estás a su lado, pensando en la escena. Cualquier paso en falso, y él terminará hecho pedazos en los peñascos o ahogado en las furiosas aguas. Pero, siendo que ya él ha hecho esto varias veces, no te preocupas por su bienestar. Entonces, él te mira y te dice: "¿Crees que podré hacerlo?" 
         Tú le respondes: "¡Claro que puedes! Ya lo has hecho muchas veces. Estoy seguro de que, también hoy, podrás hacerlo".
          "Muy bien", dice él, "entonces, súbete en la carretilla". 
          Por supuesto, rápida y enfáticamente lo que, muchas veces, hacemos con el Señor. Le decimos que creemos, sin duda alguna, que él, con su palabra, hizo el mundo entero; que partió el Mar Rojo en dos; que envió a su Hijo para que muriera en la cruz, el cual resucitó y ascendió a los cielos; y que creemos que él va a cuidar de nosotros hoy. Sin embargo, cuando realmente tenemos que confiarle toda nuestra vida... vacilamos. Lo que el Señor verdaderamente quiere es que nos subamos en su carretilla y que le permitamos que nos cruce por entre esos lugares espantosos de la vida.
- Henry Yoder, Clarkson, KY

La fe no es creer que Dios puede, sino más bien, saber que él lo hará.   

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Blogger news

Blogroll

About