viernes, 27 de septiembre de 2013

Sorprendido por la realidad

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; 
los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Proverbios 1.7

       La lectura bíblica de hoy nos indica que, al principio de su reinado, Uzías fue fiel a Dios, pero que después se fortaleció y se puso envanecido. Uzías se sobrepasó de autoridad, pensando ser más importante de lo que verdaderamente era. 
        Muchas de las decepciones que sufro en mi relación son el Señor son el resultado de las ideas erróneas que tengo respecto a la personalidad y la naturaleza de Dios. Tales ideas erróneas me hacen esperar que el Señor, de una u otra manera, siempre actúe a mi favor o que quizás ignore cierta desobediencia en mi vida. Pero el Señor ya me ha enseñado que él no se someterá al concepto que yo tenga en cuanto a él. Y cuando tengo que enfrentarme a tal realidad, termino decepcionado. Pero Dios no quiere vernos rodeados por los muros de nuestras ilusiones personales. Él quiere que vivamos en la realidad. Él quiere que le reconozcamos por quien él es y que, a la vez, podamos reconocer quiénes somos.
      Con frecuencia le dictamos a Dios lo que esperamos que él sea, pero la única manera en que nos podemos acercar a él es aceptar sus condiciones. El rey Uzías tuvo que aprender esta lección en una manera muy dolorosa. Cada vez que Uzías se miraba y se veía cubierto de lepra, tenía que recordar la soberanía de Dios. Nosotros, también podemos aprender de esta lección. Tal vez nuestra oración de hoy deba ser que Dios nos libre de la ilusión de nuestra falsa importancia. ¡Oh, que Dios use la vara de la decepción para sanarnos de todos los falsos conceptos que tengamos de Él y de nosotros mismos! Así le podremos conocer mejor en una manera más real y más íntima.
- Shannon M. Latham, Guys Mills, PA

Cristo obra entre las ollas y las sartenes.
- Teresa de Ávila 
         

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