domingo, 3 de noviembre de 2013

De la tragedia al triunfo

Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Mateo 16.18

          El mundo decía que era un desperdicio. Los cristianos por todo el mundo quedaron sobresaltados cuando cinco misioneros, jóvenes y dedicados, fueron precipitados a la muerte por las manos de los indios caucas, en 1956, en las junglas de Ecuador.
          Hace poco, estaba yo entre un grupo parado en la orilla del río donde los misioneros fueron matados, y por nuestras mejillas fluyeron lágrimas de tristeza y de gratitud. Nos sentimos tristes por la pérdida de las vidas de cinco jóvenes cristianos. Pero, también nos sentimos agradecidos, porque de esta tragedia nació la determinación de traer el evangelio a un grupo de gente que conocía muy poco de Dios.
          El momento culminante para nuestro grupo fue la mañana del siguiente domingo. Uno de los hombres que había participado en la matanza de los cinco misioneros compartió un sermón en una pequeña iglesia techada con paja, junto al Río Curary.
          Para la generación anterior, la lanza había sido el estilo de vida. Pero hoy la lanza se ha cambiada por valores reales y una actitud perdonadora. El amor que los caucas tienen por la palabra de Dios hallevado el evangelio a otras áreas, aunque han tenido que arriesgar sus propias vidas.
          En Juan 12.24, Jesús nos recuerda que "si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto". Al agradecerle a Dios por cambiar la tragedia en triunfo, que nuestros corazones respondan con una dedicación y amor más profundos para Dios.

- Henry Petersheim, Abbeville, SC


La palabra de Dios produce cambios que ninguna otra fuerza puede producir.   

miércoles, 23 de octubre de 2013

Reparado, pero aún dañado

Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. 2 Pedro 22

          Yo antes trabajaba algo en mecánica. Un día un hermano de la iglesia me trajo una camioneta que tenía dañada la culata. El motor de esa camioneta ya se había rectificado una vez. Yo reemplacé la culata y la junta.
          Varias semanas después, el mismo hermano regresó: su camioneta tenía el mismo problema otra vez. Entonces, para que no volviera a suceder, decidimos cambiar el motor completo. Compramos un motor rectificado. También cambiamos la transmisión, ya que el hermano quería una automática. Después de haber conducido la camioneta por sólo unos trescientos kilómetros, ¡otra vez necesitaba ser reemplazado el motor! Yo ya estaba tan frustrado que ni quería volver a ver a esa camioneta. Y, para colmo, meses después tuvimos que volver a cambiar la transmisión.
       Es muy frustrante tener que resolver el mismo problema vez tras vez. Esta fue una experiencia muy dificil para el hermano, dueño de la camioneta. Aparte de los altos costos de reparación, ni siquiera podía usar la camioneta.
       ¡Cuánto le duele al Señor vernos regresar a nuestros pecados pasados, después de habernos salvado, renovado, reemplazado nuestro viejo hombre, y después de habernos hecho nuevas criaturas! Tan solo piensa en cuánto tuvo que pagar el Salvador para salvarnos del pecado. También piensa en cuánto él se entristece cuando no estamos disponibles para su servicio porque hemos vuelto a revolcarnos en el fango del pecado.  
- Henry Yoder, Letichfield, KY

Si nos dejamos gobernar por el pecado, sin duda alguna nos destruirá.

viernes, 18 de octubre de 2013

La sabiduría de las hormigas

Ve a la hormiga, ... mira sus caminos y se sabio. Proverbios 6.6.

          Un día mientras almorzaba, noté algunas hormigas, las cuales parecían estar bien interesadas en algunas migajas que se habían caído de mi sándwich. Me fijé cómo una hormiga se adueñó de una pequeña migaja y salió corriendo. En poco tiempo, ya se habían reunido varias hormigas para buscar más. Entonces me pregunté qué pasaría si yo les daba un pedazo mucho más grande que las hormigas. Dejé caer un pedazo más grande y en seguida pude ver que una una hormiga estaba tratando de arrastrar el pedazo, pero con poco éxito. Sin embargo, no se rindió, sino que prosiguió forcejando y halando. Poco después, vino otra hormiga y se unió a ella. Juntas, empezaron a arrastrar la migaja. Más tarde, dos más llegaron para ayudar con el proyecto. Ellas empezaron a empujar y la migaja se empezó a mover a buena velocidad. Y yo, sabiendo que la migaja era muy grande como para poder entrar en el nido de las hormigas, decidí seguir la procesión.
          Yo observaba, muy entretenido, mientras las primeras dos hormiguitas desaparecieron en el nido. De repente se detuvo la migaja. Luego, las hormigas que estaban abajo le levantaron e intentaron entrarla otra vez, aunque sin éxito alguno. Pero, ¿acaso se rindieron ellas? ¡De ninguna manera! Despedazaron la migaja y empezaron a transportarla poco a poco, hasta que terminaron y la almacenaron toda.
          Cuando todos cooperamos a una, podemos lograr mucho más de lo que cualquiera de nosotros hubiera logrado solo. Estamos relacionándonos con almas que van rumbo a la eternidad, y nuestra colaboración puede hacer una gran diferencia en el destino al que lleguen.
- Vernon, Troyer, Clarkson, KY

No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 
Filipenses 2.4   

miércoles, 2 de octubre de 2013

Oraciones inválidas

Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, 
para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
1 Pedro 3.7

          Cuando yo era joven, escuché a un cristiano ya anciano decirle a un grupo de jóvenes que él y su esposa nunca se habían dicho palabras ofensivas. Esto me impresionó tanto que yo lo puse por meta en vida matrimonial.
         ¿Cómo  pueden nuestras oraciones tener estorbo? Bueno, es el deseo y la oración de todo padre cristiano sincero que sus hijos no sean arrastrados por la corriente del pecado, sino que, en su juventud, ellos entreguen sus vidas al Señor Jesucristo. Pero, ¿y qué si papi o mami se sale de su lugar y empieza a criticar al otro?  Tal conducta puede fácilmente estorbar la oración de los padres por sus hijos.

          Cuando hemos errado, si es necesario, debemos confesarlo a los hijos. Pero, ¿y qué si le decimos a los hijos que la culpa es del cónyuge? En tal caso, estaríamos robándoles a los hijos la seguridad que tanto necesitan. Estaríamos invalidando nuestras oraciones. Nota nuevamente 1 Pedro 3.12, en la lectura bíblica de hoy. Ten mucho cuidado, no sea que causes algún gran mal en tu casa, porque "el rostro del 
Señor está contra aquellos que hacen el mal"

- Andy Miller, Leitchfield, KY

Una de las mejores maneras de corregir a mis hijos es corregir el ejemplo que les estoy dando. 

martes, 1 de octubre de 2013

Más blanco que la nieve

Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.
Salmo 51.7

          Son pocas las cosas que me inspiran tanto como el despertar en la mañana y hallar el mundo cubierto con una helada manta de nieve. Lo que el día anterior era tierra cultivada o rastrojo, ahora se halla cubierto  con una fresca manta de inmaculada blancura. Entonces, salen las nubes, los rayos del sol las traspasan y todo parece destellar y relucir con un sinfín de perlas y diamantes.
          Todo esto me hace recordar el tiempo en el que estábamos perdidos en el pecado, cuando nuestras vidas se hallaban en tierra árida, dura, fría y detestable. Pero cuando vinimos al Señor y le pedimos que nos perdonara, limpiara y purificara de nuestros pecados; él limpió y purificó nuestros corazones y nos dejó más blancos que la nieve.  
          "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isaías 1.18). 
-Tim Yoder, Reedsville, PA

Tu vida está ante ti cual terreno de límpida nieve; 
ten cuidado de cómo andes en ella, pues cada paso dejará una huella.

 

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